El “comunismo” y la colonización ideológica del independentismo puertorriqueño y de la izquierda latinoamericana
La descolonización está de moda en el independentismo puertorriqueño y la llamada “izquierda” latinoamericana. Sus proponentes, en su afán de señalar y deconstruir las estructuras injustas que nos oprimen, buscan descolonizarlo todo. Esta tendencia de rebuscar y descubrir el andamiaje político, económico e ideológico que nos mantiene en un estado de subordinación neo-colonial no es mala, es muy necesaria para identificar los problemas y sus soluciones.
El afán descolonizador de la “izquierda” latinoamerica, y de un notable sector del independentismo puertorriqueño que se adhiere a ella, está sin embargo viciado también por una forma de colonización ideológica muy dañina: la teoría crítica marxista. Esta teoría crítica marxista subvierte el Orden Natural y así amenaza las realidades sobrenaturales y naturales que tanto valoramos, necesarias para la auténtica vida buena: la religión, la patria, la familia e incluso a la persona misma. El efecto nocivo de esta mal llamada descolonización tan extrema llevará necesariamente a la total destrucción de la patria que queremos.
La perversidad intrínseca del “comunismo”: fuente de colonización ideológica
La colonización ideológica que supone la teoría crítica marxista tiene su origen entre los intelectuales de la llamada escuela de Frankfurt. Estos fueron inspirados tanto en las ideas de Carlos Marx como las de Segismundo Freud y por su procedencia judía o hebrea fueron expulsados de Alemania durante el régimen nacional socialista de Adolf Hitler. Este último dato es importantísimo para comprender el origen y la finalidad de la teoría crítica: el cuestionamiento y deconstrucción de realidades como la tradición, la patria y la Iglesia responde a la experiencia que sus proponentes vivieron como judíos. Creen ellos que, cuestionando las creencias tras estas realidades, podrá crearse un ambiente de mayor tolerancia y libertad para judíos como ellos, contrario al que existió durante el Tercer Imperio Alemán y al que existía en la Europa Medieval.
La base marxista de la teoría crítica fundamenta la deconstrucción. Concibe al mundo como carente de esencia por su materialismo dialéctico: “toda la realidad no es sino materia; esta materia es eterna, infinita, automotriz, esto es, se mueve a sí misma en forma dialéctica, es decir, pasando de un extremo a otro de la afirmación a la negación, del ser al no ser, de lo inanimado a lo viviente, de lo irracional a lo racional” (Sacheri, 73). Tiene el marxista convencido el deber moral de adelantar los procesos dialécticos a través de la explotación de las luchas sociales para alcanzar el comunismo, que vendría a ser (de manera aparentemente contradictoria, considerando la concepción materialista dialéctica de la historia según anteriormente fue expuesta) “el final de la historia”, en el cual todos vivirán como en el paraíso en la Tierra.[1]
El marxismo, o “comunismo” como se le identifica (de forma correcta o errónea) popularmente, es destructivo por su propia naturaleza intrínsicamente perversa. Es por eso que el comunismo “persigue aniquilar todo lo que es de esencia divina: persona humana, familia, Estado, nación, Iglesia” (Sima 58).[2]
No solo hay naturaleza, como enseñaba Carlos Sacheri, sino que hay un Orden Natural y este Orden Natural es de origen divino. La propia razón humana puede discernir la existencia de un Dios Creador y notar cierto orden en el funcionamiento del universo en el cual, pese a sus cambios, existen esencias que permanecen. El hombre con su razón puede reconocer la patria, la comunidad política y la familia como parte de este Orden Natural, pues todos venimos de una familia, todos pertenecemos a una comunidad política y a una nación. Se desprende de este orden además una seria de leyes morales naturales inscritas en el corazón del hombre que le inclinan a hacer el bien y evitar el mal, lo cual explica que distintas culturas puedan compartir algunos principios morales. Es, pues, el Orden Natural universal y universalmente discernible, aunque las limitaciones de la razón, la corrupción del pecado y otros factores impidan en algunas muchas culturas un pleno y recto discernimiento de este orden.
Manifestaciones de la dialéctica marxista en Puerto Rico y Latinoamérica
Las consecuencias del atentado marxista o comunista contra este Orden Natural son ya visibles en Puerto Rico y Latinoamérica. Algunas pueden legítimamente achacarse a las conclusiones lógicas del pensamiento liberal dominante, pero incluso si lo son de todas maneras el comunismo se aprovechará de las mismas para, según la dialéctica, avivar el fuego de los conflictos sociales y adelantar la agenda marxista. Podría ser este el caso con la teoría crítica, cuya promoción del libertinaje sexual y la disolución de la familia, que bien pueden ser también culpa del liberalismo, es notable.
La manifestación más obvia de la deconstrucción liberal que el marxismo ha fomentado o aprovechado es la del transexualismo, que contrariando toda verdad, toda recta noción de la ley natural y toda la realidad biológica pretende convertir a hombres en mujeres y viceversa. Otra es la del ya mentado libertinaje sexual, tanto dentro de su expresión heterosexual como homosexual, que pretende negar la sacralidad del matrimonio como la unión de un hombre y de una mujer e intenta falsamente desligar el sexo de su función reproductiva. No puede faltar hacer mención de la promoción del aborto, producto también del libertinaje sexual, que niega el derecho natural de los más inocentes a la vida digna.
Bien parece que el comunismo, si aceptamos la definición del mismo como un programa revolucionario impulsado por las conspiraciones de sociedades secretas para conquistar naciones y destruir la civilización cristiana[3], ha decidido que el transexualismo, la hipersexualización libertina y el abortismo son medios indispensables para en esta época lograr sus metas.
Vinculado a estas ideas extrañas de la colonización ideológica marxista está el feminismo extremo, que, además de rebajar la dignidad de la mujer al promover en ella las modas anteriormente mencionadas bajo el engaño del empoderamiento, rompe las sanas relaciones entre los sexos. Impide este feminismo la formación de las familias, al denunciar el matrimonio y la vocación de la maternidad como imposiciones machistas dirigidas a mantener injustamente sometida a la mujer. Esta mentalidad feminista motiva un antimachismo extremo que, valiéndose inconscientemente del natural instinto caballeresco de defender a la mujer, lleva a la deconstrucción de los hombres que aceptan las aberraciones feministas con tal de no quedar mal con las mujeres. El hombre va además, en su proceso de deconstrucción por el feminismo tóxico, abandonando las cualidades viriles asociadas a su sexo, que lo predisponen a afrontar los sacrificios y peligros con fuerza y valentía, necesarios para el trabajo duro y el espíritu combativo que lleva a defender la patria.
La teoría crítica marxista ataca además nuestro propio ser nacional al deconstruir nuestra herencia hispana, por provenir de la raza conquistadora, y exaltar nuestra herencia indígena y africana, las razas conquistadas o esclavizadas. Valoramos nuestra herencia indígena y africana, pero lo cierto es que de las tres razas que nos formaron es la española la que más ha aportado a nuestra cultura. Es la hispanidad que nos legó la Madre Patria España no solo una parte esencial de lo que somos, sino que es el vínculo que nos une con nuestros hermanos países de Hispanoamérica. Despreciar nuestra cultura hispana en Puerto Rico por considerar que tiene un origen “colonialista” llevará a que, despreciándonos a nosotros mismos por desconocer nuestros orígenes, seamos presa fácil de la colonización ideológica proveniente de los Estados Unidos.
Parte de esta colonización ideológica, que incluyen ideas tanto marxistas como liberales, son las campañas contra el “racismo” en Puerto Rico inspiradas en los movimientos antirracistas de raíz marxista en los Estados Unidos. No es malo oponerse a algo tan nefasto como lo es el racismo, pero al momento de denunciar o analizar el fenómeno del llamado “racismo” en Puerto Rico debemos evitar evaluarlo con paradigmas importados desde los EE.UU. que podrían ser válidos para los EE.UU. pero que tal vez no apliquen en Puerto Rico. El afán marxista con condenar la “supremacía blanca” es uno de dichos paradigmas, pues los españoles, aunque podrían haber compartido prejuicios comunes de todo hombre blanco contra los negros, carecían de la mentalidad cientificista moderna que consideraba a la raza blanca superior a otras. Es notable que incluso dentro de los Estados Unidos puede ser inadecuado hablar de “supremacía blanca”, no porque se niegue que allí existieron prejuicios racistas de los blancos contra los negros, pero porque el análisis marxista, en su materialismo dialéctico, no analiza de manera satisfactoria las ideas religiosas judaizantes y protestantes que estuvieron detrás del racismo.
El ataque más grave del marxismo y su teoría crítica “comunista” es nada más y nada menos que su propaganda contra la Iglesia Católica, la madre en cuyo seno nació la Nación Puertorriqueña. Deconstruir a la Iglesia no solo pone en peligro a las almas más débiles en su fe, que se podrán alejar de la Madre Iglesia y de la Salvación que pueden recibir dentro de ella, sino que amenaza los fundamentos mismos de nuestra nacionalidad. El amor a la patria, el amor a la familia, la vocación del trabajo, la aspiración a la justicia social, la defensa de la vida y la dignidad de la persona humana son solo parte de una gran variedad de valores positivos predicados por la Iglesia y que proveen la armonía social. Las leyes podrán promulgar dichos valores, pero solo una autoridad espiritual fundada por Dios mismo y con miras hacia la eternidad como lo es la Iglesia puede apelar a las conciencias de los hombres para que actúen rectamente conforme a esas leyes.
El marxismo, valiéndose también del liberalismo, ha logrado convencer a muchos jóvenes de esta generación de que la Iglesia Católica es enemiga del género humano por oponerse a su libertad y bienestar. ¡Nada más lejos de la verdad! Un estudio más profundo de la historia demuestra que la Iglesia siempre promovió la auténtica libertad, dentro de un orden que permitiese elegir siempre lo correcto, y el bienestar material del ser humano, pero subordinado siempre al fin superior de suplir su bienestar espiritual. El libro El protestantismo comparado con el catolicismo del padre Jaime Balmes, que supuestamente, según se dice, inspiró la conversión de don Pedro Albizu Campos y como tal impactó su lucha política, es un ejemplo concreto de una obra que sintetiza cómo se defendió la dignidad humana en Europa gracias al cristianismo preservado en la Iglesia. Las cartas encíclicas de los papas escritas durante el último siglo, por su parte, son testimonio de una doctrina social católica comprometida por lograr la verdadera justicia social. Grandes sacerdotes y laicos además han sabido reivindicar las enseñanzas de la Iglesia en torno a política y economía ante los abusos de las modernas ideologías que acaban oprimiendo más al hombre: puede consultarse por ejemplo la tremenda obra escrita de Julio Meinvielle, sacerdote argentino.
Orígenes del marxismo en el independentismo puertorriqueño y la izquierda latinoamericana
El marxismo existía ya en Puerto Rico desde antes de la Guerra Fría: fue fundado el primer Partido Comunista Puertorriqueño el 23 de septiembre de 1934.[4] El mismo estaba conectado a la Internacional Comunista y llegó a apoyar electoralmente al Partido Popular Democrático en 1940.[5] También, según los informes del FBI, supuestamente muchos jóvenes comunistas se adhirieron al Partido Nacionalista para los tiempos de su Rebelión en 1950. Puede verse así cómo los comunistas han colaborado con o infiltrado distintos sectores políticos puertorriqueños según mejor les ha convenido.
La represión de la Rebelión Nacionalista significó la derrota del nacionalismo albizuista, de inspiración católica e hispanófila, en el País. La ausencia de un movimiento de resistencia anticolonialista dinámico como lo era el Partido Nacionalista creó un vacío en Puerto Rico que fue eventualmente llenado por activistas marxistas. Los escritos políticos del católico e independentista moderado y conservador Eladio Rodríguez Otero denuncian la penetración marxista dentro del independentismo puertorriqueño que ocurrió a mediados de la Guerra Fría.[6] Fueron los marxistas, u otros activistas inspirados parcialmente en sus ideas, los que llevaron la voz cantante del sector más radical del movimiento independentista puertorriqueño. Sirvió además Puerto Rico como trampolín para divulgar las ideas marxistas a otras partes de América Latina.[7]
El marxismo también debió existir en el resto de Latinoamérica con anterioridad a la Guerra Fría, pero no es hasta la Revolución Cubana que se tornó en una fuerza política significativa dentro del escenario internacional latinoamericano. El régimen comunista cubano impulsó la formación de guerrillas comunistas en muchos países latinoamericanos y Puerto Rico no fue la excepción: los movimientos independentistas armados inspirados en ideas comunistas recibieron apoyo cubano. Los gobiernos latinoamericanos respondieron a esta amenaza fortaleciendo su dependencia de los Estados Unidos y estableciendo en algunos casos fuertes dictaduras militares, denunciadas ampliamente por sus abusos. Las tácticas de mano dura tampoco faltaron en Puerto Rico, favorecidas usualmente por los gobiernos del Partido Nuevo Progresista.
Los gobiernos alineados a los Estados Unidos comenzaron entonces a implementar las llamadas políticas neoliberales que disminuyeron el control gubernamental sobre la economía y potenciaron así los abusos del capitalismo agresivo. Sirvió el descontento causado por el neoliberalismo para impulsar el surgimiento de nuevos gobiernos considerados de “izquierda”, algunos influenciados por las ideas marxistas como los de Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela. La mala gestión de estos gobiernos a su vez motivó un resurgimiento del liberalismo latinoamericano, cuyo máximo exponente podría ser Javier Milei en Argentina.
Los males reales del capitalismo agresivo o neoliberal, denunciados dentro del discurso de “izquierda”, parecen darle la razón a los comunistas. Esto provoca que cada vez más jóvenes acepten total o parcialmente las ideas marxistas. El capitalismo sirve así al comunismo, tal como predijo Marx: el capitalismo es después de todo parte de la dialéctica y prepara las condiciones objetivas de pobreza necesarias para motivar la revolución. Es por eso que cualquier reacción revolucionaria para acabar con el capitalismo tenderá peligrosamente al comunismo, como bien denunció Alberto Ezcurra Uriburu[8], a no ser que se reconozca que el verdadero opuesto del comunismo no es el capitalismo, que no crea las condiciones necesarias para detenerlo, sino el cristianismo.[9]
Este peligro es ya notable dentro de muchos movimientos sociales “progresistas” en Latinoamérica, que comparten ideas como las expuestas en la anterior sección. Pasaremos ahora a analizar cómo estas ideas están presentes en los programas de la Alianza País en Puerto Rico.
Influencia “comunista” en la Alianza País PIP-MVC
La Alianza País es el nombre dado a la coalición electoral conformada por el Partido Independentista Puertorriqueño y el Movimiento Victoria Ciudadana. Su fin es aumentar las posibilidades para que los miembros de ambos partidos alcancen el poder y puedan desde allí impulsar reformas consideradas por ambos necesarias y detalladas en sus respectivos programas. Muchas reformas propuestas son en sí buenas, pero algunas pocas son reflejos de las ideas promovidas por la teoría crítica marxista. Es por esto que algunos tal vez clasifiquen al junte de dichos partidos como “comunista” y no meramente por remanentes del miedo justificado contra el comunismo identificado con independentismo, promovido desde el poder durante la Guerra Fría.
Las más notables tienen que ver con la promoción de la ideología de género, que sirve para promover el transexualismo y el feminismo extremo, y del libertinaje sexual. La Agenda Urgente[10] del MVC menciona que busca cumplir y ampliar “las políticas conta el discrimen y hostigamiento”, punto del programa que pese a no sonar malo servirá para hacer más aceptable el homosexualismo y el transexualismo en el país bajo pretexto de la lucha contra el discrimen. Busca promover este tipo de ambiente desde el propio sistema educativo colonial, estableciendo que hace falta una “educación con perspectiva de género y la educación en derechos humanos”. Esta perspectiva de género podría abrir la puerta a la promoción del feminismo extremo, además de los otros males ya dichos en este párrafo.
El programa de “Patria Nueva” del PIP[11] es más explícito en torno a varios de estos temas. Su última sección es dedicada al Desarrollo Integral de la Mujer y Asuntos de Género, en la cual propone: “desarrollar un Plan Estratégico Urgente para la Erradicación de las Violencias Sociales ... para formular acciones concretas conducentes a erradicar las violencias que enfrentan las mujeres, comunidades LGBTTIQ+ y otros grupos discriminados.”
No solo se limita a estos asuntos, sino que incluye también una propuesta para: “generar transparencia en los datos relacionados con mujeres, poblaciones sexo/género diversas, reincorporando la variable de raza y otros indicadores aplicables para concretar iniciativas que erradiquen las prácticas que invisibilizan y excluyen a poblaciones desatendidas debido a la desigualdad socioeconómica y racial.” Este lenguaje y sus referencias a “la variable de raza” y la “desigualdad racial” y cómo algunas poblaciones son “invisibilizadas” recuerda al de la teoría racial crítica inspirada por el marxismo que, como ya se dijo, no aplica a Puerto Rico. El afán anti-racista, si bien está en parte justificado, reflejado se presta para la promoción de la teoría racial marxista en Puerto Rico, que es aceptada sin espíritu crítico alguno por muchos jóvenes universitarios influenciados por las ideas de “izquierda” difundidas desde la Universidad Pública, a través de campañas gubernamentales y de las escuelas del País. Servirá la expansión de la teoría racial marxista para deconstruir todavía más el carácter hispánico de nuestro ser nacional.
El programa “Patria Nueva”, por último, en su sección sobre su Plan Nacional de Salud Para el Siglo XXI, considera como un área de interés salubrista prioritario la “salud sexual y reproductiva” y la “salud de la mujer”. No objetamos el legítimo interés, existente o no, en proveer que algo tan importante como lo es la reproducción humana se realice saludablemente y en asegurarse de que las mujeres tengan acceso a buenos servicios de salud. Tememos sin embargo que, dada la influencia liberal o marxista y feminista dentro del PIP o del MVC, se interpreten estas palabras como una manera de promover el aberrante acto del aborto. Este crimen grave no solo mata a un ser inocente y no solo violenta los principios de nuestra religión, sino que como enseñó Albizu Campos mata a la nacionalidad puertorriqueña en las entrañas.[12]
Conclusión: peligros y soluciones
Estos ejemplos no demuestran contundentemente que la Alianza MVC-PIP es marxista o “comunista”, al menos en el sentido de que aspire a violentamente tomar el poder para establecer la dictadura del proletariado que impondrá un sistema socialista en vía hacia el comunismo final. El candidato a la gobernación de la Alianza, Juan Dalmau del PIP, incluso dijo en una entrevista que no es “comunista” y que no cree en el “comunismo”, y me parecen creíbles sus aseveraciones. La victoria de la Alianza no significa que Puerto Rico entrará en un camino directamente dirigido hacia el socialismo comunista, de manera similar a como ocurrió en Chile con el gobierno de la Unidad Popular bajo la dirección de Salvador Allende.
Algunos, no sabemos decir si muchos o pocos, jóvenes que apoyan la Alianza o son miembros de los partidos que la componen, sin embargo, sí son marxistas. Otros jóvenes, tal vez la mayoría, simpatizantes de la Alianza no creerán en el “comunismo”, pero sí compartirán ideas de inspiración marxista (o que, aunque no lo sean en su origen, estén como quiera manipuladas por el marxismo), estén conscientes de ello o no. La victoria de la Alianza sí podría significar, más que una verdadera transición al comunismo, una oportunidad para que estos jóvenes puedan difundir e imponer sus ideas desde el poder en el País. Se sentirán naturalmente envalentonados y continuarán su impulso para salvaguardar su hegemonía ideológica.
Las malas ideas aquí denunciadas y promovidas por la teoría crítica marxista podrán no parecer muy malas para muchas personas, especialmente si carecen de un fuerte espíritu religioso cristiano. La plena aplicación de las mismas, tal como en este ensayo se describe, llevará necesariamente a la deconstrucción espiritual, política y social de la nación puertorriqueña. La desconstrucción nacional es lo mismo que la destrucción de la nación, pues habrá la teoría crítica eliminado los fundamentos que justifican la existencia de la patria y que permiten su prolongación. Esto sería sumamente peligroso, pues dejaría a nuestro país débil y vulnerable ante cualquier revolución comunista directa como las ocurridas en Cuba o en Rusia o perpetuaría nuestra subordinación colonial a los Estados Unidos al quedar nuestra nación con la colonización ideológica marxista todavía más desmoralizada y dividida de lo que está actualmente, por más de 100 años de colonización ideológica liberal estadounidense.
Es conveniente además recordar que las ideas de supuesta inspiración marxistas referentes al transexualismo, el libertinaje sexual y el aborto colocará a cualquier gobierno de la Alianza en confrontación directa con la Iglesia Católica. La Iglesia ha denunciado muy fuertemente dichas ideas y el clima de conflicto creado entre la Iglesia y el estado colonial podría desembocar, en casos extremos, en una persecución religiosa si por motivos religiosos muchos católicos resisten colaborar con las políticas “marxistas” del gobierno. La posibilidad de tal escenario dependerá mucho de los vaivenes políticos entre la derecha “conservadora” (que realmente para algunos asuntos, especialmente los económicos, es medio liberal) y la izquierda “progresista” en los Estados Unidos.
Hace falta pues no solo exponer los orígenes de las ideas marxistas promovidas por la colonización del independentismo puertorriqueño y de la izquierda latinoamericana, sino ir nacionalizándonos espiritualmente. El marxismo, como el liberalismo que le antecedió, es una ideología extranjera dentro de nuestra América Hispana y Latina. No es mala ni colonialista por ser extranjera, ya que puede ser conveniente o necesario adoptar ideas extranjeras si son buenas o hacen falta, sino por las razones ya explicadas, porque destruyen el ser nacional de nuestros países y nos dejan vulnerables ante las potencias o movimientos colonialistas de hoy, vengan de donde vengan.
Hace falta el resurgimiento de un espíritu nacionalista, en el buen sentido, que reivindique las auténticas raíces de nuestras patrias y trabaje para convertirlas en naciones libres e independientes, que promueva una sana economía nacional, que estimule nuestras mejores tradiciones y costumbres y, sobre todo, que tenga suma reverencia ante nuestra Santa Madre Iglesia, en cuyo seno nacieron nuestras naciones y desde donde se vela para nuestro mayor bienestar en esta vida y en la otra.
[1] Ver el ensayo La Iglesia frente al comunismo de Carlos Sacheri, en el libro El orden natural.
[2] Ver sección La fuerza destructiva del comunismo en el libro ¿Qué es el comunismo?.
[3] Ver el libro de Horia Sima: ¿Qué es el comunismo?.
[4] Enlace a una breve historia del PCP: https://medium.com/@felix.arroyo2/breve-historia-del-partido-comunista-puertorrique%C3%B1o-1934-1960-df52a689b085
[5] Ver: https://www.elvocero.com/opinion/aquellos-comunistas-populares/article_5729d920-1842-11e8-81c0-2bfe584783f7.html
[6] Puede consultarse su obra a través de este enlace: https://eladiorodriguezotero.com/Home.php?Pag=1&Sub=2
[7] Ver los hallazgos del siguiente estudio: https://medium.com/@felix.arroyo2/ponencia-para-defender-la-tesis-doctoral-el-gobierno-de-luis-mu%C3%B1oz-mar%C3%ADn-la-persecuci%C3%B3n-pol%C3%ADtica-43c165d7c8ed
[8] Ver nuestro análisis: https://khalilalantun.substack.com/p/el-ideario-nacionalista-de-tacuara
[9] Dos obras que exponen muy elocuentemente esta premisa son El comunismo en la Revolución Anticristiana de Julio Meinvielle y ¿Qué es el comunismo? de Horia Sima.
[10] Puede consultarse a través de este enlace: https://www.mvc.pr/la-agenda-urgente
[11] Puede leerse a través de este enlace:
https://patrianueva.net/
[12] Ver cita en imagen compartida el 22 de junio del 2022 por la página de Instagram ProVida.PR.